Es un hecho científicamente comprobado que todos soñamos, la cuestión no es pues si sueñas o no sueñas, sino cómo recordar o cómo mejorar el recuerdo de tus sueños.
A través de mi experiencia y la de mis alumnos hemos podido constatar que la intención y el hábito de recordarlos hace que cada vez los sueños acudan a nuestra memoria más fácilmente y con mayores detalles. Las primeras ocasiones pueden ser sólo imágenes vagas, más adelante podrán ser escenas inconexas, luego escenas conectadas y eventualmente secuencias completas con lujo de detalles.
También es un hecho comprobado por nuestra experiencia personal que algunos lugares y situaciones son más propicios que otros para soñar vívidamente y recordar los sueños. Por ejemplo, las montañas de Machu-Pichu en Perú o Dahma-Neru en Santa María de Palau Tordera en Cataluña.
Tal como sucede con la agricultura, en los sueños hay temporadas buenas y temporadas bajas. A veces hay periodos particularmente pródigos en los que podemos llenar nuestros graneros para trabajar con ellos durante las épocas de "sequía onírica".
Aquí hay algunas recomendaciones útiles para mejorar tus recuerdos:
Si te parece necesario, antes de dormirte, expresa tu intención de escribir tus sueños a la mañana siguiente. Puedes escribir tu intención en una pizarra imaginaria.
Mantén junto a tu cama tu diario de sueños, un bolígrafo y una lámpara.
Escribe todo lo que se te venga a la cabeza en cuanto despiertes, sea un sueño o no, ya que el hábito y la constancia harán que eventualmente los recuerdes.
Trata de mantener un horario regular de sueño. O sea: dormirte y despertarte más o menos a la misma hora diariamente.
No te despiertes con música o un despertador si eso altera tu conciencia.
Comprométete contigo mismo a escribir todos los fragmentos del sueño y no sólo los sueños más vívidos.
Al escribir los sueños, aumenta tu conciencia de los detalles.
Procura escribir rápidamente, sin tratar de organizar primero o recordar todo el sueño.
Acuérdate de escribir los sentimientos y actitudes de los sueños.
No salgas de la cama ni pienses en actividades exteriores antes de escribir en tu diario de sueños.
¡Escribe todos tus sueños, incluyendo los peores! No somos seres buenos. Somos seres totales. El trabajo con sueños lo revela todo. Lo que más evitamos es aquello a lo que más necesitamos enfrentarnos.
Mantén la armonía con tu compañero de cama, si lo tienes. Todo resulta más compatible si los dos llevan su propio diario de sueños. Y ninguno debe leer el diario del otro. Sería una violación a los derechos individuales. Además uno carga con la responsabilidad de lo que lee. ¿Te sientes capaz de aceptar la responsabilidad de la psique de otra persona?
Cuando estés escribiendo el sueño, ten en cuenta que es muy importante para los objetivos del Taller de Trabajo con Sueños, aunque a ti te parezca muy confuso o muy trivial. Derrota así cualquier actitud negativa.
Trata de utilizar siempre el sueño de algún modo, para que merezca la pena recordarlos.
Permítete fallar. La ansiedad impide el logro.
http://www.mind-surf.net/talleres/queson.htm
A través de mi experiencia y la de mis alumnos hemos podido constatar que la intención y el hábito de recordarlos hace que cada vez los sueños acudan a nuestra memoria más fácilmente y con mayores detalles. Las primeras ocasiones pueden ser sólo imágenes vagas, más adelante podrán ser escenas inconexas, luego escenas conectadas y eventualmente secuencias completas con lujo de detalles.
También es un hecho comprobado por nuestra experiencia personal que algunos lugares y situaciones son más propicios que otros para soñar vívidamente y recordar los sueños. Por ejemplo, las montañas de Machu-Pichu en Perú o Dahma-Neru en Santa María de Palau Tordera en Cataluña.
Tal como sucede con la agricultura, en los sueños hay temporadas buenas y temporadas bajas. A veces hay periodos particularmente pródigos en los que podemos llenar nuestros graneros para trabajar con ellos durante las épocas de "sequía onírica".
Aquí hay algunas recomendaciones útiles para mejorar tus recuerdos:
Si te parece necesario, antes de dormirte, expresa tu intención de escribir tus sueños a la mañana siguiente. Puedes escribir tu intención en una pizarra imaginaria.
Mantén junto a tu cama tu diario de sueños, un bolígrafo y una lámpara.
Escribe todo lo que se te venga a la cabeza en cuanto despiertes, sea un sueño o no, ya que el hábito y la constancia harán que eventualmente los recuerdes.
Trata de mantener un horario regular de sueño. O sea: dormirte y despertarte más o menos a la misma hora diariamente.
No te despiertes con música o un despertador si eso altera tu conciencia.
Comprométete contigo mismo a escribir todos los fragmentos del sueño y no sólo los sueños más vívidos.
Al escribir los sueños, aumenta tu conciencia de los detalles.
Procura escribir rápidamente, sin tratar de organizar primero o recordar todo el sueño.
Acuérdate de escribir los sentimientos y actitudes de los sueños.
No salgas de la cama ni pienses en actividades exteriores antes de escribir en tu diario de sueños.
¡Escribe todos tus sueños, incluyendo los peores! No somos seres buenos. Somos seres totales. El trabajo con sueños lo revela todo. Lo que más evitamos es aquello a lo que más necesitamos enfrentarnos.
Mantén la armonía con tu compañero de cama, si lo tienes. Todo resulta más compatible si los dos llevan su propio diario de sueños. Y ninguno debe leer el diario del otro. Sería una violación a los derechos individuales. Además uno carga con la responsabilidad de lo que lee. ¿Te sientes capaz de aceptar la responsabilidad de la psique de otra persona?
Cuando estés escribiendo el sueño, ten en cuenta que es muy importante para los objetivos del Taller de Trabajo con Sueños, aunque a ti te parezca muy confuso o muy trivial. Derrota así cualquier actitud negativa.
Trata de utilizar siempre el sueño de algún modo, para que merezca la pena recordarlos.
Permítete fallar. La ansiedad impide el logro.
http://www.mind-surf.net/talleres/queson.htm
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